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¿Por qué tengo que hacer un pitch?
Guillermo García-Ramos Ortega • nov 08, 2021
Esta es una pregunta recurrente. Para mucha gente hacer un pitch es motivo de frustración e irritación. No debería serlo. E iría un poco más lejos: ¿Por qué no querrías hacer un pitch?
Leo mucho en redes sociales esta pregunta. Y también me la hacen en los cursos y clases maestras. ¿Por qué tengo que hacer un pitch? Un guionista, una directora deberían estar escribiendo o planificando, no haciendo presentaciones ni hablando en público. Incluso hay una entrevista a Gaspar Noé en la que cuando le preguntan qué es lo que menos le gusta de hacer cine, dice que hacer pitch.
Y como en la mayoría de los casos tiene una primera respuesta fácil.
No tienes por qué hacerlo.
Sólo tienes que hacerlo si tienes un proyecto de película o de serie y necesitas una subvención, una residencia artística, una productora, una distribuidora, una televisión, una plataforma de VOD, ventas internacionales, o cualquier otra cosa para ponerla en pie.
La mayoría de la gente que me hace esa pregunta, de hecho, son cineastas que ya han hecho muchos pitch, que los han disfrutado y que les ha ido bien. Han escrito un correo a una productora, han convencido a un actor para actuar en su proyecto, han pedido una ayuda y se la han concedido... Todo eso es un pitch en parte o en el todo.Y lo que están preguntando en realidad es por qué tienen que hacer un tipo de pitch en concreto, que es el pitch presencial u online en el que le presentas tu proyecto a un grupo de gente de la industria para buscar sinergias y colaboraciones. Ese es el pitch que les produce rechazo.
Ese pitch es complicado. Conecta con muchos miedos esenciales e inseguridades y nos pone ante una situación para la que, al menos en España, no nos ha preparado nadie. Y también es complicado porque muchas veces tenemos una idea equivocada de lo que es un pitch. Y un pitch es algo mucho más cercano y amable de lo que pensamos. He elegido la foto de este post a conciencia, porque un pitch está más cerca de un networking con copa de vino en la mano que de la entrevista de trabajo que pensábamos que era.
Requiere mucho trabajo y preparación, sobre todo al principio. Y parece que no es natural para un cineasta hacer este tipo de presentaciones. Pero no es más que contar tu peli a gente que quiere escucharla. Algo que la gente del cine hace de lujo. Un pitch personal es una oportunidad magnífica de dar a conocer tu proyecto y conocer gente de la industria.
Los productores no tienen esa diatriba. Saben que esto es un negocio, en el que quizá no se hagan ricos, pero es un negocio. Y todos los negocios, todos, empiezan con un pitch. Saben además, que en el audiovisual, ahora este tipo de foro de pitch es el estandar y se preparan a conciencia cuando lo tienen que hacer ellos y actúan con gran compromiso y profesionalidad cuando lo reciben.
Pero aún así, insisto. Si este es el tipo de pitch que te preguntas que por qué lo tienes que hacer, te lo digo en serio. No tienes por qué hacerlo. Se pueden sacar proyectos adelante sin hacer este tipo de pitch. Aunque después de diez años preparando a cineastas y viviendo pitching forums, y la maravilla que es, te devolvería la pregunta;
¿Por qué no querrías hacerlo?
¿Es el carisma importante para hacer un pitch? Sí, por supuesto. Pero...
En el pitch participan dos partes. Haz la tuya antes de exigir nada a la otra.
Una de las claves para que pitchear sea una experiencia positiva siempre, pasa por repensar el concepto de éxito.
Lo más importante a la hora de hacer un pitch es que te entiendan y se emocionen. Te digo cómo.
El mundo del pitch tiene su origen en el mundo empresarial. Hoy en día se ha instaurado también en el mundo del cine. Aunque no debería haber diferencias en teoría, algunas hay.
La primera pregunta que surge en todos los cursos que doy es esta. Aquí te contesto. Aunque no sé si te gustará.
Mi primer y más importante consejo sobre pitching. Y no es el que imaginabas.
Primera entrada del blog. Sobre mi bagaje para justificar la propia existencia de un blog de consejos.
